Disputar el Rally Dakar era un sueño que Víctor Vico pudo hacer realidad a sus escasos 19 años de edad. El destino quiso, no obstante, que el pasado domingo ese sueño se convirtiera en su peor pesadilla cuando vio peligrar la vida de su compañero de equipo.
El catalán debutaba en su primer Dakar como copiloto de Javier Herrador con la ilusión de alcanzar la meta, pero pronto algo empezó a torcerse. Nada más pisar Argentina, el piloto almeriense comenzó a encontrarse mal físicamente; rápidamente apareció la fiebre y creyeron que se trataba de un proceso gripal. Sin pensarlo mucho se arriesgaron a tomar la salida de la primera especial “por una cuestión de responsabilidad y por los compromisos adquiridos”, pero eso no hizo más que agravar su estado físico.

Durante tres días, Javier Herrador ha permanecido ingresado en un centro médico de la localidad argentina de General Acha, en la provincia de la Pampa. Según Vico, el cuidado y el trato de la gente del lugar ha sido increíble: “las instalaciones del hospital son bastante viejas pero todo el personal se ha volcado con nosotros. Han estado las 24 horas del día pendientes de Javier y de mí, ofreciéndonos toda su ayuda y hospitalidad. No me refiero solamente al cuidado médico; las enfermeras, por ejemplo, nos ofrecieron ropa de sus maridos o hijos, ya que sólo teníamos nuestros sucios monos de carreras. El coche se quedó en mitad de la pista y el camión de asistencia con nuestro equipaje siguió adelante con el resto de la caravana del Dakar, así que no teníamos nada de nada, ni si quiera el cargador del móvil para tranquilizar a nuestras familias”.
Afortunadamente, Javier Herrador evolucionó bien de su neumonía y hoy los médicos se planteaban darle el alta médica.
Mediagé Comunicación
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